[by Google]
(continúa)
El enjambre digital, según Han, se distingue de la masa porque el enjambre
no es una masa, ya que no es inherente a ningún espíritu. El enjambre digital consta de individuos aislados. La
masa estaba estructurada de manera distinta. [Obsérvense aquí los conceptos prestados del antifreudiano Canetti, E.- Masa y poder. Muchnik Ed. Barcelona, 1977]. Los
individuos individuales se fundían en una nueva unidad en la que ya no tenían
ningún perfil propio. La masa no era
volátil, sino voluntaria y no constituía concentraciones fugaces, sino
formaciones firmes. Era susceptible
de la acción común. Y una masa
decidida a la acción común engendra poder.
Para la
subsistencia misma de la masa y para la prevalencia del sentimiento de igualdad
entre sus integrantes (las diferencias entre los individuos se habrían diluido
en pos de la fuerza común) es fundamental que exista una meta colectiva (un
elemento de cohesión de la masa) que esté por encima de las metas individuales
de los integrantes.
Masa es poder, pues, pero al enjambre digital le
falta un alma o un espíritu de la masa. La actual erosión de lo comunitario hace
cada vez menos probable una acción común. Los enjambres digitales se disuelven
tan deprisa como han surgido, no desarrollan energías políticas capaces de
cuestionar las dominantes relaciones de
poder.
El homo digitalis, como
lo denomina Han, mantiene su identidad privada, aun cuando se presente como
parte del enjambre. Se manifiesta de manera anónima, pero tiene un perfil. En
lugar de ser nadie, es un alguien. En cambio el nadie de los
medios de masas se disuelve en la masa y no puede ser anónimo porque es un nadie.
El homo digitalis se presenta de
manera anónima, pero no es ningún nadie,
sino que es un alguien, a saber, un alguien
anónimo.
También el mundo del
hombre digital muestra una topología distinta. Le son extraños los lugares de
concentración de masas. Los habitantes digitales de la red no se congregan.
Constituyen, dice Han, una concentración
sin congregación. Antes los medios electrónicos congregaban a hombres,
mientras que ahora los medios digitales los aíslan.
El enjambre digital, por contraposición a la masa, no es coherente en sí. No se
manifiesta en una voz. Por eso es
percibido como ruido.
‘La masa más
silenciosa es la de los enemigos muertos’, decía Canetti (a propósito de la
guerra).