II
En
1923 escribe el poema ‘El siglo’ (la
palabra rusa vek significa también
época). Contiene no una reflexión sobre el siglo, sino sobre la relación entre
el poeta y su tiempo, es decir, sobre la contemporaneidad. No el ‘siglo’ sino,
según el primer verso, ‘mi siglo’ (vek
moi):
Mi siglo, mi bestia, ¿hay
alguien que pueda
escudriñar
en tus ojos
y
soldar con su sangre
las
vértebras de dos siglos?
El
poeta, que acabó pagando su contemporaneidad con la vida, es quien debe
mantener fija la mirada en los ojos de su siglo y ensamblar con su sangre la
espalda quebrada del tiempo. El poeta contemporáneo debe tener fija la mirada
en su tiempo. ¿Pero qué ve quien ve su tiempo, la sonrisa demente de su siglo?
Aquí
se propondría otra definición complementaria de la contemporaneidad: contemporáneo
es aquel que mantiene la mirada fija en su tiempo, para percibir no sus luces,
sino sus sombras. Todos los tiempos son, para quien experimenta su
contemporaneidad, oscuros. Contemporáneo es quien sabe ver esa sombra, quien
está en condiciones de escribir humedeciendo la pluma en la tiniebla del presente.
Mas ¿qué significa ‘percibir la sombra’?
Cuando
nos encontramos en un ambiente sin luz, o cuando cerramos los ojos ¿qué es la
sombra que vemos en ese momento? Los neurofisiólogos de la visión nos dicen que
la ausencia de luz desinhibe una serie de células periféricas de la retina que
entran en actividad y producen esa especie particular de visión que llamamos
sombra. La sombra no es, por consiguiente la simple ausencia de luz, algo como
una no visión, sino el resultado de una tarea ocular de nuestra retina.
Esto
significa, en nuestro caso, que percibir esa tiniebla implica una habilidad
particular que equivale a neutralizar las luces que provienen de la época para
descubrir su sombra especial no separable de esas.
Puede
llamarse contemporáneo solamente al que no se deja cegar por las luces del
siglo y es capaz de distinguir en éstas la parte de la sombra, su íntima
oscuridad.
Pero
¿acaso la sombra no es una experiencia anónima y por definición impenetrable,
algo que no está dirigido a nosotros y no puede, por lo tanto, incumbirnos? Al
contrario, contemporáneo es aquel que percibe la sombra de su tiempo como algo
que le incumbe y no cesa de interpelarlo, algo que, más que cualquier luz, se
refiere directa y singularmente a él. Quien recibe en pleno rostro el haz de
tiniebla que proviene de su tiempo.
[continuará]