La diseñadora
francesa Charlotte Perriand creó
algunos de los asientos más famosos del siglo XX.
Fue la discípula más aventajada de Le Corbusier y junto al propio maestro suizo y su primo y socio Pierre Jeanneret, que fue pareja de Charlotte, diseñó varios muebles que hoy son iconos en la historia del diseño por el uso de formas ligeras, tan sencillas como expresivas.
Fue la discípula más aventajada de Le Corbusier y junto al propio maestro suizo y su primo y socio Pierre Jeanneret, que fue pareja de Charlotte, diseñó varios muebles que hoy son iconos en la historia del diseño por el uso de formas ligeras, tan sencillas como expresivas.
La relación de
Perriand con la fotografía, tras descubrir su potencial artístico, fue siempre estrecha.
A mediados de la
década de los 30, la joven creadora ya había conseguido hacerse un sólido hueco
en un mundo dominado por hombres. Fue el momento de explorar otros horizontes
impulsada por su compromiso político, estableciendo su propio estudio y
colaborando con otros arquitectos e ingenieros.
A partir de los años 1940, tras una estancia en Japón, su estilo se vio fuertemente influenciado por la estética oriental.
[¿Reacción freudiana contra la modernidad puritana del racionalismo corbusierano que aflora con Oriente lo inconsciente reprimido?
Vide Christine Buci-Glucksmann Esthétique de l'éphémère. Paris, Galilée, 2003.]
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