lunes, 14 de enero de 2019

La vie en rose

"La libertad sólo para los que apoyan al gobierno o sólo para los miembros de un partido, no es libertad en absoluto. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para el que piensa de manera diferente" (Rosa Luxemburgo).
Para los liberales.


A rose is a rose is a rose.

Hace ahora 100 años, la noche del 15 de enero de 1919 los hombres del cuerpo de asalto asesinaron a Rosa. Rosa Luxemburgo, la más democrática de las revolucionarias, antimilitarista y feminista, censurada por los comunistas, criticada por los socialistas.
Arrojaron su cadáver desde un puente al canal. Al día siguiente todo Berlín sabía ya que la mujer que en los últimos veinte años había desafiado a todos los poderosos, estaba muerta.
Pocos meses después, el 31 de mayo de 1919, se encontró el cuerpo de una mujer junto a una esclusa del canal. Se podían reconocer los guantes, parte de su vestido, un pendiente de oro. Pero la cara era irreconocible, ya que el cuerpo hacía tiempo que estaba podrido. Fue identificada y se le enterró el 13 de junio.


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‘Navidad en el Asilo de Noche’

“Un acontecimiento acaba de turbar cruelmente la atmósfera de fiesta de nuestra capital. Las almas piadosas venían justamente de entonar el bello canto tradicional: "Navidad de alegría, Navidad de misericordia" cuando se esparció bruscamente la noticia de que un envenenamiento en masa acababa de producirse en el asilo municipal. Las víctimas eran de diversas edades. Cada día se traían nuevas listas de hombres sin albergue, victimas del envenenamiento. La muerte los finiquitaba por todas partes, en el asilo, en la prisión, en el chauffoir público o simplemente en la calle, acurrucados en cualquier rincón. Antes que el año nuevo naciera, al son de las campanas, 150 se retorcían presas de los espantos de la agonía y 70 estaban ya muertos...” (s. f.)


***
El Landwehrkanal’


“(...) Poco después de que el canal haya dejado atrás… Charlottenburg, las avenidas con árboles empiezan a ser bañadas por él, y sus bordes son denominados durante un tramo concreto «la orilla del jardín». Los puentes lo cruzan al igual que los puentecillos de los jardines lo hacen con los arroyuelos. Allí está el puente de Lichtenstein, que lleva de la salida trasera del parque zoológico al Tiergarten, no muy lejos de la esclusa. A los niños les gusta mirar la espuma que forma el agua al pasar por ella deslizándose. Que la tranquilidad de este puente fuera en una ocasión profanada por canallas que un par de pasos más adelante arrojaron al agua el cuerpo moribundo de una noble luchadora que tuvo que pagar con su vida por su bondad y su arrojo, es algo que apenas se puede imaginar cuando se ven las copas de los árboles reflejadas en el agua. Es más comprensible que algunos desesperados, algunos abandonados, hayan buscado la muerte en las atractivas aguas del canal...” (1929)

Frank Hessel. ‘Paseos por Berlín’. Ed. Tecnos Madrid 1997. 

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L. van der Rohe, identificado con el movimiento Bauhaus y autor del monumento a los espartaquistas, declaró que para él se trataba de un homenaje artístico a las víctimas. En 1933 los nazis se encargaron, destruyendo el mausoleo, de hacer tabula rasa.

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  Días antes de navidad, el poeta del siglo veinte [P. C.] había llegado a Berlín en 1967 invitado a una lectura de sus versos en la Academia de las Artes. Terminados los compromisos se dedicó con amigos a visitar, en esas significativas fechas, determinados lugares de la ciudad y, con nocturnidad y alevosía, escribió este poema de invierno:



"ESTÁS TENDIDO en ese inmenso escuchar,
rodeado de fronda, de copos circundado.

Ve tú al Spree, ve al Havel,
ve hacia los ganchos de carnicero,
hacia las rojas estacas con manzanas
que de Suecia ­vienen -

Llega la mesa que los regalos trae,
y entorno a un Edén vira ­-

El hombre quedó como un colador, la mujer,
flotando se tuvo que ver, la cochina,
por sí misma, por nadie, por cualquiera -

El canal de Landwehr ya no va a murmurar.

Nada queda
estancado".

Landwehrkanal


[DU LIEGST im großen Gelausche,
umbuscht, umflock.
Geh du zur Spree, geh zur Havel,
geh zu den Fleischerhaken,
zu den roten Äppelstaken
aus Schweden ­-
Es kommt der Tisch mit den Gaben,
er biegt um ein Eden -
Der Mann ward zum Sieb, die Frau
mußte schwimmen, die Sau,
für sich, für keinen, für jeden ­-
Der Landwehrkanal wird nicht rauschen.
Nichts
stockt.]

(Traducción nuestra a partir de Peter Szondi). 

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