[by Google]
2)
En la cultura de la falta de respeto y la indiscreción genuinas de la comunicación digital, las shitstorms ('tormentas de mierda') son posibles. La comunicación digital hace posible un transporte inmediato del afecto. Ya que ella transporta más afectos que la comunicación analógica.
El respeto como medio de comunicación ejerce un efecto
semejante al del poder. La persona respetable incluso es imitada como modelo. El
respeto impone distancia. A una persona de respeto no la cubrimos con una shitstorm. Tanto el poder como el respeto ejercen un efecto de
distanciamiento. La shitstorm indicaría
que vivimos en una sociedad sin respeto recíproco.
La comunicación del poder no es dialogística, explica Han.
El poder es una relación asimétrica. Y el respeto no es por definición una
relación asimétrica. También es posible un respeto recíproco, que se basa en
una relación simétrica. El tejido digital favorece la comunicación simétrica.
Cada uno es emisor y receptor, consumidor y productor a la vez. Esa simetría es
perjudicial al poder. El reflujo comunicativo destruye el orden del poder.
El poder como medio de comunicación se cuida de que ésta
fluya veloz en una dirección. La comunicación del poder intenta reducir
considerablemente el barullo y el ruido, es decir, la entropía comunicativa.
Por ello el barullo o el ruido sería una referencia acústica de la incipiente descomposición del poder.
Según Carl Schmitt,
era soberano el que decidía sobre el estado de excepción. Ahora es soberano el
que tiene la capacidad de engendrar un silencio
absoluto, de eliminar todo ruido, callar
a todos de golpe.
Como también la shitstorm
constituye un ruido comunicativo, después de la revolución digital, dice Han, tendríamos
que redactar la frase de Schmitt de nuevo: “es soberano el que dispone sobre
las shitstorms de la red”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario