"El autor como
productor"
[**]
(del que más adelante se citan frases
entre comillas)
es de manera implícita una teoría del arte político extremadamente condensada,
afirma Raunig.
El
término tendencia cumple un papel importante en esta sofisticada teorización del
arte político –o una, probablemente benjaminiana, teoría materialista del arte-.
Desde el punto de vista de Benjamin, sin embargo, la cuestión de la tendencia
no se remite a la tradicional dicotomía forma/contenido, en vez de eso,
desplaza el concepto para que empiece a cristalizar más allá de los límites que
determina el contenido. Permite conceptualizar una forma de trabajo del
conocimiento y de la producción artística que va más allá de la separación
entre trabajo material e inmaterial.
Benjamin
escribe que busca probar que “la
tendencia política correcta de una obra incluye su calidad literaria por
incluir su tendencia literaria”.
Expresándolo
de manera más general, la tendencia política de la producción artística se
despliega como una línea de fuga y un punto de fractura que se hacen visibles
en especial en las revoluciones técnicas.
La
determinación así de la tendencia indica que el balance entre mesianismo y
materialismo de Benjamin contiene rasgos proto-postestructuralistas.
La
tendencia demuestra ser más bien ‘una formación
profunda’ que sólo puede revelarse en ciertas constelaciones: "como las capas profundas de la piedra
sólo salen a la luz en las fracturas, también esa profunda formación que
llamamos 'tendencia' tan sólo está a la vista en las fracturas propias de la historia
del arte… las revoluciones técnicas constituyen sin duda las fracturas del
desarrollo artístico a través de la cuales las tendencias salen a la luz”.
[sigue]
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