A propósito de Weizman,
Eyal (2012).- A través de los muros.
Ed. Errata naturae. Madrid.
“…ignoramos cómo será el escenario de las
guerras futuras” (W. Benjamin).
(by google)
Geometría urbana inversa.
Existe
una nueva relación emergente entre los conflictos armados y el urbanismo.
Se
trata de una reorganización de la sintaxis urbana ejecutada mediante una serie
de acciones micro-tácticas. Atravesar los espacios domésticos, tras perforar
sus muros, recorriendo pasadizos ahuecados en un tejido urbano denso y contiguo
para atacar al enemigo sin hacerse presente en el exterior.
Implica
una concepción de la ciudad no sólo como lugar, sino ante todo como el medium de la guerra: una materia
flexible, casi líquida, que permanece contingente y en perpetuo movimiento.
Lo
que dicta las pautas de desplazamiento no es el espacio: por el contrario, es
el propio desplazamiento el que produce espacio a su alrededor.
La
guerra urbana sería la última forma postmoderna de la guerra. Los civiles se
convierten en combatientes y los combatientes vuelven a ser civiles.
*
La
citada táctica se basa en la teoría del enjambre que intenta describir las
operaciones militares como una guerra no lineal: una red constituida por una
multiplicidad difusa de unidades pequeñas, semiindependientes pero coordinadas,
que operan con todas las demás en una sinergia generalizada.
Remite
a la inteligencia general de un sistema que es mayor que la inteligencia
combinada que resulta de sus partes constitutivas.
[Y
es que un sistema es (según Loïe
Wacquant) ciertamente eso, es decir
una estructura de mecanismos solidarios, cada uno de los cuales depende del
buen funcionamiento de los demás].
Si
pensamos en términos espaciales, las
operaciones lineales tradicionales descansan sobre la base de una geometría
definida. En las operaciones de enjambre, el paradigma tradicional de maniobra
se transforma en una geometría compleja que intenta ser como un fractal.
Desde
un punto de vista organizativo, en
lugar de cadenas de mando lineales y jerárquicas, los enjambres son redes
policéntricas.
Y
en términos temporales, las estrategias
militares tradicionales son cronolineales, una secuencia de eventos. Un
enjambre, en cambio, se basa en acciones simultáneas.
(by google)
*
La
referencia a la necesidad de interpretar el espacio, como condición necesaria
al éxito en la guerra urbana, desvela la presencia en el pensamiento militar de
una teoría del lenguaje postmoderna, postestructuralista. La guerra es
una cuestión de lectura y de deconstrucción del entorno urbano existente,
incluso antes del comienzo de la operación.
Se
ha tomado la idea de disyunción del
arquitecto B. Tschumi, que tenía
otro enfoque de la epistemología: quería romper con el conocimiento
uniperspectivista y el pensamiento centralizado. Frente a las nociones de síntesis y de sistema, Tschumi postula las categorías de disociación y análisis como elementos claves del lenguaje de la deconstrucción, que adquiere el carácter de desmontaje de retículas y elementos que no confían en una eventual integración futura.
Pero
la aportación más importante, a nivel teórico, es la que Deleuze y Guattari
realizan entre los conceptos de espacio liso y espacio estriado. En Mil mesetas, establecían una distinción
entre dos tipos de territorialidad: un sistema estatal jerárquico, cartesiano,
geométrico, sólido, hegemónico y espacialmente rígido; y otro flexible, móvil,
liso, un espacio nomádico similar a una matriz. Dentro de estos espacios
nomádicos se prevén organizaciones sociales en una variedad polimorfa y difusa
de redes operativas. Los rizomas (igual que las máquinas de guerra) son
organizaciones compuestas por una multiplicidad de grupúsculos con aptitud para
dividirse o mezclarse entre sí dependiendo de las contingencias y
circunstancias, y que se caracterizan por su capacidad de adaptación y
metamorfosis.
* * *
[seguirá]
No hay comentarios:
Publicar un comentario